En
este momento hay alrededor de 30 activistas por la liberación animal
en las prisiones británicas. Y aproximadamente un total de 100 han
sido encarcelados a lo largo de los últimos 10 años. Se trata en
todos los casos de personas que han sido acusadas o condenadas por
“delitos” relacionados con el rescate de animales de laboratorios,
granjas industriales, etc., o con la provocación de daños materiales
en las propiedades vinculadas con la explotación animal. Las
condenas han ido desde unos pocos días de prisión hasta 3 o 4 años;
y algunas personas han sido y todavía están siendo mantenidas en
prisión por largos períodos de tiempo antes de ser procesadas.
Las
condiciones carcelarias son muy variables, las prisiones locales
(como ésta en la que me encuentro), a las que los prisioneros van
inmediatamente después de ser condenados o donde son mantenidos a la
espera de juicio, están por lo general sucias y superpobladas; los
internos son a menudo encerrados en sus celdas 23 horas al día. Las
condiciones de otras prisiones, a las que los prisioneros son
conducidos finalmente a cumplir sus condenas, son algo mejores, con
frecuencia considerablemente mejores - no obstante, no dejan de ser
cárceles.
Es
vergonzoso que las personas sean encerradas por haber llevado a cabo
actos de liberación y compasión, pero aunque la estancia en prisión
no es particularmente agradable, es importante recordar que nuestras
condiciones de vida no son nada comparadas con el tormento de los
animales en los laboratorios de vivisección, en las granjas
industriales, en los zoos, etc. Por lo menos, nosotros no somos
torturados ni asesinados y sabemos que llegará un día en el que
seremos puestos en libertad.
La cárcel es, por supuesto, una de las tácticas
usadas por el estado en sus esfuerzos para acabar con la eficaz
acción por la liberación animal. Es una táctica que parece haber
fracasado. El encarcelamiento de activistas produjo una disminución
de la acción en dos períodos de los años setenta, pero las cosas
siempre se han recompuesto y las actividades del F.L.A.
y de otras organizaciones similares han aumentado dramáticamente a
lo largo de esta década. El permanente alto número de activistas en
prisión parece que ha tenido escasa repercusión en la magnitud de la
acción.
De
hecho, no me parece que sean las condenas de cárcel el mayor
obstáculo para el éxito de nuestro movimiento, sino más bien la
ausencia de resistencia de los activistas por la liberación animal.
Muchos se deprimen y abandonan porque creen que las cosas no están
cambiando con la suficiente rapidez; por supuesto, abandonando hacen
que el cambio sea más difícil de conseguir. Es importante que los
integrantes del movimiento de liberación animal recuerden que los
grandes cambios nunca llegan rápidamente, sino solamente tras largos
períodos de intenso combate. También es vital que aprecien el
tremendo éxito de la acción directa a lo largo de los últimos años.
Desde que la acción directa por la liberación animal
comenzó en gran bretaña a principios de los años setenta, se ha
producido una reducción de al menos dos millones en las cifras
oficiales anuales para experimentos en el reino unido (lo que
significa que algunos millones de animales han sido librados de la
vivisección); se ha producido un enorme incremento en el número de
personas vegetarianas o veganas; y un rápido crecimiento en el
numero de miembros de las sociedades de protección animal. El F.L.A.
ha causado daños valorados en millones de libras a las propiedades
relacionadas con la persecución de los animales y ha liberado a
miles de animales del sufrimiento. La acción directa ha hecho que
muchos establecimientos de explotación animal (como laboratorios de
vivisección, granjas industriales, granjas peleteras, peleterías,
carnicerías, etc.) Hayan tenido que cerrar y que otros hayan hecho
más humanos sus métodos de trabajo.
Muchos diferentes tipos de actividades (educación del
público, boicots, etc.) tienen
un importante papel que desempeñar en el combate por la liberación
animal, pero no hay ninguna duda de que es necesario un aumento
masivo de la acción directa si deseamos terminar algún día con la
persecución de los animales. Esto significa que más partidarios de
los derechos de los animales tienen que estar preparados para
arriesgarse a ir a la cárcel. Ir a prisión para poner fin al
encarcelamiento de los animales puede parecer algo extraño, pero sus
prisiones son mucho peores que las nuestras...