"El hombre ha hecho del mundo un infierno para los animales"

 -A. Schopenhauer

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VITAMINA B12 

Por Miguel Aguilar

La vitamina B12 es una vitamina soluble en agua con una serie de propiedades que la hacen única. En efecto, es la primera sustancia que se ha encontrado que sea esencial y que tenga cobalto; es la única que contiene elementos minerales esenciales; no se puede realizar sintéticamente, sino que debe obtenerse haciendo cultivos de bacterias (como la penicilina); finalmente sólo los alimentos de origen animal la contienen.

La vitamina B12 fue aislada casi simultáneamente en 1948 por dos grupos de investigadores, uno en Inglaterra y otro en EE.UU. Se obtuvo a partir de extractos de hígado y se necesitó casi una tonelada para poder conseguir unos 20 mg.

La vitamina B12 contiene un átomo de cobalto ligado a un nucleótido y existe en diversas formas. Se conocen por vitaminas B12 los metabolitos que pueden aprovechar los vertebrados y por seudovitaminas B12 los que sólo son asimilados por animales inferiores, principalmente bacterias. Las distintas formas de la vitamina B12 se denominan con una letra más de subíndice, como, por ejemplo, vitamina B12a, reservando la denominación sin letra de subíndice para la cianocobalamina. Todas ellas son higroscópicas, estables a temperatura ambiente y a la ebullición en solución acuosa (sólo si es neutra). Las propiedades físicas, químicas y biológicas de las distintas variedades son muy parecidas, excepto para la forma B12a. Dicha forma es la hidroxocobalamina, producida por la acción de la luz, y la única inexistente en estado natural. La B12b se denomina acuocobalamina. Otras formas se señalan con los subíndices c, f, m y s.

La vitamina B12 se encuentra en los alimentos en distintas formas; así la metilcobalamina (B12m) se encuentra en la yema del huevo y en el queso y la sulfitocobalamina (B12s) en los alimentos enlatados. La cianocobalamina es muy poco frecuente en los alimentos, siendo las más comunes la adenosilcobalamina (B12c) y la hidroxicobalamina.

Hay otros compuestos afines (cambia el nucleótido) a la vitamina B12 que se hallan en las heces de distintos animales, lodo de alcantarillas, suelo, algas y bacterias que muestran distinta actividad vitamínica. A estos compuestos se los denomina Factor A, Factor B, así hasta el Factor 1. El Factor F es el de mayor actividad y se encuentra en las heces de pollos y cerdos. El Factor A es muy poco eficaz y el Factor D no tiene ninguna actividad vitamínica. En cuanto al resto, se ha comprobado su actividad en pollos, cerdos y bacterias. 

La vitamina B12 es necesaria para el metabolismo normal del tejido nervioso y está involucrada en el de los nutrientes calóricos. Además, está estrechamente relacionada con las acciones de 4 aminoácidos, del ácido pantoténico (vitamina B5) y de la vitamina C. También ayuda a que el hierro actúe más eficientemente, al ácido fólico (vitamina B9) en la síntesis de colina y, finalmente, a la absorción del caroteno y su conversión a vitamina A. Asimismo, interviene en la producción de ADN y ARN. La vitamina B12 parece potenciar los efectos beneficiosos de la vitamina B9, siendo, por ejemplo, necesaria su acción conjunta para una buena resistencia a las infecciones en los recién nacidos.
 

Necesidades de vitamina B12

No se conoce la ración mínima diaria requerida por el ser humano, pero parece que basta con 1 mcg para prevenir la anemia perniciosa. Incluso personas que ingieren solamente 0,5 mcg/día se encuentran aparentemente con buena salud. Las recomendaciones en EE.UU. son de 3 mcg para adultos y de 4 mcg para embarazadas y mujeres en período de lactancia. Para los bebés se recomienda 3 meg/día, y para los niños, de 1 a 2 mcg/día.
 

Deficiencia de vitamina B12

La carencia de vitamina B12 produce la anemia perniciosa, descrita por Addison en 1849. Se caracteriza por una gran disminución del número de eritocitos y ocurre esporádicamente en la mayoría de las razas humanas, aparentemente sin ninguna relación con los hábitos alimenticios ya que no se debe a una carencia de la vitamina en la alimentación, sino a una falta de absorción. 

La vitamina B12. se absorbe muy poco en el tracto gastrointestinal, a menos que exista lo que se denomina factor intrínseco: una enzima mucoproteica que  se produce en el estómago, a partir de la cual forma un complejo. Dicho complejo baja por la parte inferior del intestino y finalmente es absorbido en el íleon, la parte final del intestino delgado. Por contraposición, a la vitamina se la denomina factor extrínseco. Ni la naturaleza ni el modo de acción del factor intrínseco se conocen completamente en la actualidad. Si el factor intrínseco no se produce, la vitamina B12 no será absorbida (En realidad sí se absorbe, por difusión simple, pero sólo en cantidades inferiores al 1 por 100.), por lo que la anemia perniciosa puede considerarse una enfermedad orgánica. Algunas reacciones autoinmunes que ocurren en el cuerpo destruyen las glándulas de secreción del factor intrínseco que se encuentran en el estómago, impidiendo así la absorción de vitamina B12. Por esa razón la anemia perniciosa no está relacionada con la dieta y puede ser debida a causas genéticas.

Cuando falta el factor intrínseco, la vitamina B12 debe ser introducida por inyección intramuscular. Por este método la retención en el organismo es mucho mayor cuando se trata de hidroxocobalamina (B12a) que en el caso de la cianocobalamina.

La cantidad de vitamina B12 que se absorbe viene regulada por el factor intrínseco y alguna especie de receptor de vitamina que se encontraría en la pared intestinal y que se desconoce. Así, cuando la ingestión es baja -menor de 0,5 mcg-, puede absorberse hasta un 95 % de la vitamina ingerida. El porcentaje disminuye con el aumento de la vitamina ingerida; así, cuando se ingiere 1 mcg se absorbe un 70-90%; con 2 mcg, 35-45%; con 5 mcg, 20-25%; con 20 mcg, sólo el 5-7%, y por encima de 50 mcg la absorción es inferior al 3%. Es decir, parece que, aunque el factor intrínseco esté en exceso, la cantidad absorbida nunca sobrepasa los 0,7-1.3 mcg/día. Esto implica que una recomendación de ingerir 3-4 mcg diarios, como la que hacen las autoridades sanitarias en EE.UU., es absurda, pues es equivalente a ingerir 1,5 mcg/día: la diferencia simplemente se expulsa con las heces (Recientemente (noviembre, 1989) el National Research Council de EE.UU, acaba de publicar las nuevas recomendaciones de ingestión de nutrientes y ha rebajado la cifra de ingestión de vitamina B12 de 3-4 mcg/día, valor recomendado desde hace 15 años, a 2 mcg/día, valor mucho más lógico como se ha explicado).

Debido a que la vitamina B12 interviene en los procesos de división celular, cuando hay deficiencia de ella los tejidos que forman la sangre (médula) presentan células anormales (megaloblastos) que son mayores que las células que producen los glóbulos rojos normales. Cuando esto ocurre, la concentración de hemoglobina es correcta, pero los eritrocitos o hematíes son mayores de lo normal. El resultado es lo que se conoce como anemia megaloblástica y su origen puede ser también una deficiencia de ácido fólico (vitamina B9). No es posible determinar cuál de las dos vitaminas es la deficiente a partir del examen de la sangre o de los tejidos de la médula. (La concentración de vitamina B12 en la sangre de una persona sana está entre 200 y 960 mg/ml. Sólo cuando la concentración se encuentra por debajo de 80 se puede decir claramente que hay deficiencia de vitamina B12. Métodos más sofisticados, como ingestión de vitamina B12 con isótopos radiactivos, permiten determinar si hay problemas de absorción de dicha vitamina).

La peor (y más peligrosa) manifestación de la deficiencia de vitamina B12 es la degeneración de las fibras nerviosas de todo el cuerpo, principalmente de la médula espinal. En efecto, la vitamina B12 participa en el mantenimiento de la mielina (revestimiento graso aislante de los nervios) a través de procesos no muy claros, pero que involucran dicha vitamina en la síntesis de compuestos intermedios. En particular, esta vitamina interviene en la síntesis de ácidos grasos, y la mielina está formada por dichos ácidos. Cuando hay deficiencia de la vitamina B12 se produce una desmielinización debido a la formación de otros subproductos que, finalmente, se traducen en la aparición de un cierto ácido en la orina (el metilmalónico). Esta es la única forma en que se puede comprobar si hay escasez de la vitamina B12 y determinar si el origen de una anemia megaloblástica es la deficiencia de dicha vitamina o de vitamina B9.

Esta similitud entre los efectos de ambas vitaminas hace importantísimo un diagnóstico correcto de la anemia megaloblástica, pues, en caso de ser debida a una deficiencia de vitamina B12 y ser tratada equivocadamente con dosis altas de vitamina B9, se corregiría el estado sanguíneo del paciente desapareciendo la anemia, pero no la degeneración nerviosa, que continuaría sin ser notada hasta que fuera irreversible. Este es un problema frecuente en vegetarianos que no son conscientes del peligro de una ingestión inadecuada de vitamina B12. En efecto, el vegetariano ingiere normalmente dosis muy elevadas de vitamina B9, lo que impide la aparición del único síntoma clínicamente observable de la deficiencia de vitamina B12, es decir, impide la manifestación de una anemia megaloblástica. Como además las reservas de vitamina B12 se agotan muy lentamente (La cobalamina presente en el cuerpo humano adulto es entre 2 y 5 mg, es decir, 1.000 veces más de las necesidades diarias. Aproximadamente la mitad se encuentra en el hígado. Esto supone reservas para al menos 2-4 años), el período que transcurre desde la adopción de un régimen vegetariano y la aparición de síntomas de degeneración nerviosa puede ser de muchos años... y entonces es irreversible. Así, el vegetariano debe ser muy cuidadoso con esta vitamina, pues es el único nutriente que puede representar una trampa mortal para él.

Durante el embarazo y la lactancia hay que poner gran atención en la ingestión adecuada de vitamina B12, ya que hay una demanda excesiva, hasta tal punto que algunos investigadores piensan que no puede cubrirse sólo a base de los alimentos. La píldora anticonceptiva produce un aumento considerable de la excreción de la vitamina B12 con la orina, lo que puede producir deficiencia.

Otras causas de deficiencia son las infecciones por parásitos intestinales (tenia, gusanos y bacterias), que absorben la vitamina B12 ingerida con la comida, y la gastrectomía, que elimina la producción del factor intrínseco. Algunas medicinas y drogas, como, por ejemplo, las cápsulas de liberación lenta de potasio ingeridas por los hipertensos, interfieren con la absorción de esta vitamina. En todos estos casos puede producirse anemia debido a deficiencia secundaria de vitamina B12.

La falta de hierro, calcio y vitamina B6 hace decrecer la eficiencia de absorción de la vitamina B12.

Los síntomas menos importantes de deficiencia de vitamina B12 son desórdenes menstruales, úlceras en la lengua, apatía, temblores y, en el caso de la gente de color, una excesiva pigmentación en las manos. Pero todos estos síntomas son demasiado vagos, pues su origen puede ser también debido a otras causas.


Absorción de vitamina B12 y vegetarianismo

La vitamina B12 únicamente se encuentra en los alimentos de origen animal. No hay discusión acerca de este punto y el cuerpo humano es incapaz de sintetizarla. Así, pues, parecería que un veganista tendría carencia de ella. Sin embargo, algunas bacterias parásitas del intestino bajo son capaces de sintetizarla, y en abundancia; pero el problema es que, al ser producidas tan al final del intestino, prácticamente no pueden ser absorbidas por el organismo, excepto en ingestiones por coprofagia. Pero, paradójicamente, las personas con un nivel de higiene bajo tienen una cantidad de bacterias en todo el intestino mucho más alto del que cabría esperar, y así la vitamina B12 sintetizada por las bacterias puede ser absorbida y estas personas no muestran deficiencia de dicha vitamina. Este es el casi increíble resultado de una investigación realizada en la India, donde tan común es el vegetarianismo total y donde, sin embargo, no se detecta un nivel de carencia de vitamina B12 correspondiente al veganismo. 

Otro dato interesante es que las capas superiores de la tierra del suelo tienen una actividad de vitamina B12 comparable al hígado de cerdo, una de las mejores fuentes de dicha vitamina en la alimentación. Así, los niños de países subdesarrollados que tanto juegan con la tierra y en el suelo pueden obtener un suplemento de dicha vitamina. También en esos casos es más normal la coprofagia, aunque sea inadvertida. Claro que nadie aconsejaría a un veganista que baje su nivel de higiene para obtener la vitamina B12; es más fácil ir a la farmacia y comprar un complejo B.

Se ha calculado ( Chung, Pearson, Darby, Miller y Goldsmith (1961) en American lournal of Clinical Nutrition, vol. 9, pp. 573-582; «Folic Acid, Vitamin B6, pantothenic acid and vitamin B12 in human dietaries») que en una dieta típica americana la ingestión de vitamina B12 varía entre 32 y 3 mcg/día, dependiendo del costo de la dieta: la dieta más cara (muchos alimentos de origen animal) proporciona la ingestión máxima de vitamina B12, y con las dietas más pobres se obtiene la cantidad recomendada de dicha vitamina. La dieta pobre asiática proporciona unos 0,5 mcg/día de B12. A partir de estos datos está claro que no es necesario ingerir grandes cantidades de productos de origen animal, ya que las dietas más pobres de países occidentales proporcionan cantidades muy por encima del mínimo necesario de vitamina B12, incluso la denominada dieta pobre proporciona el nivel mínimo de dicha vitamina.

En algunos libros vegetarianos y naturistas se afirma que la vitamina B12 se encuentra en grandes cantidades en las levaduras (de cerveza, de panadería, de tórula y extractos) y germen de trigo, que son los alimentos más ricos en el resto de las vitaminas del complejo B. Ninguna de las tablas de composición de alimentos (de los ministerios de sanidad de Francia, Inglaterra y EE.UU. y las tablas científicas de los Laboratorios Geigy en Suiza) apoyan esta afirmación. Todas ellas coinciden en que la concentración de vitamina B12 en el germen de trigo es cero. Sólo en las tablas inglesas se menciona que, en efecto, hay algo de esta vitamina en la levadura de panadería, pero en cantidades despreciables (trazas). En las demás tablas no se da el contenido (no determinado).

Todos los expertos ingleses, americanos, suizos y franceses en vitamina B12 afirman que su presencia en las levaduras es nula (fue demostrado por primera vez por Darken en 1953); pero en un libro se dice que en el extracto de levadura la concentración de vitamina B12 es de 0,5 mcg por cada 100 g (es decir, comparable a la leche, 5 veces menor que en la yema de huevo y entre 20 y 80 veces menor que en la carne y el pescado), pero se menciona que muy probablemente es añadida en el proceso de fabricación. En las tablas inglesas (The Composition of Foods) se da un contenido de vitamina B12 en el producto comercial Marmite (un extracto de levadura) de 0,5 mcg/100 g: posiblemente éste es el extracto de levadura al que se refiere el libro. Hay otros extractos de levadura comerciales que contienen cantidades entre 30 y 40 mcg/ 100 g, es decir, unas 60-80 veces más que en el caso anterior, lo cual prueba que posiblemente es añadido en la fabricación o que se forma en el proceso por contaminación con microorganismos.

Por tanto, no hay evidencia que corrobore la pretensión de que la vitamina B12 se encuentre en el germen de trigo o en las levaduras, mientras parece haber indicios que la contradicen. 

Sin embargo, hay varios puntos curiosos en esta historia de la vitamina B12. El primero es que en la cerveza existen entre 0,1 y 0,4 mcg de esta vitamina por cada 100 g (3 veces más que en la leche), a pesar de que no existe en los productos de partida para su fabricación. Así, un vaso de cerveza proporcionaría la dosis diaria de vitamina B12. La fermentación de la cerveza es el resultado de la acción de unos microorganismos unicelulares, cuyo nombre científico es Sacharomices cerevisiae, vulgarmente conocidos por el nombre de levadura, que producen también la vitamina B12 durante la fermentación.

Por otra parte, en los módulos radiculares de las leguminosas hay bacterias productoras de cobalaminas (grupo nucleótico de la vitamina B12) que posiblemente contaminen a las leguminosas en países subdesarrollados, permitiendo obtener así algo de dicha vitamina.

También en los capullos de la coliflor existe vitamina B12, aunque en muy pequeña cantidad (unos 0,023 mcg/100 g); en el polen, en grandes cantidades (896 mcg/ 100 g) (Cantidad tan enorme que hace dudar de la realidad de ese dato. De ser cierto sería la fuente más rica, con gran diferencia, de vitamina B12 y, por tanto, de tan gran importancia que no habría pasado desapercibida), y en los vinos con cantidades insignificantes (trazas).

Otro punto interesante está relacionado con los aztecas: uno de sus alimentos principales era el alga espirulina, única fuente vegetal reconocida de vitamina B12 y, además, en cantidades enormes, de 150 a 200 mcg/100 g (un poco mayor que en el hígado de los animales). Muchos veganistas incluyen, acertadamente, este alga en su dieta. En realidad parece que dichas algas no sintetizan la vitamina B12, sino que la obtienen de unas bacterias asociadas en simbiosis con ellas (según demostraron Ericsson y Lewis en 1954), pero supongo que a un veganista le dará igual obtener su ración de vitamina B12 a partir de unas bacterias en su intestino o de unas bacterias en un alga.

En 1982 se demostró que la vitamina B12 presente en el alga espirulina no tenía actividad biológica. Sin embargo, más recientemente (1988) se ha demostrado que el 80 % de la vitamina B12 existente en el alga espirulina no tiene validez biológica; así queda un 20 %, que, teniendo en cuenta la enorme cantidad de B12 que posee, todavía puede ser significativo, pero esto sigue siendo tema de debate.

Otra alga que también contiene vitamina B12, aunque en menor cantidad, es el alga Kelp, con 4 mcg/ 100 g.

Así pues, está claro que la vitamina B12 sólo se produce por síntesis de ciertos microorganismos y bacterias. Esto es algo que se sabe desde hace unos 35 años. A partir de este punto, la única explicación de la presencia de B12 en levaduras, extractos, gérmenes, algas y en general cualquier producto de origen vegetal es que estén contaminados con bacterias y microorganismos que la produzcan. Incluso la vitamina B12 comercial se obtiene durante la fermentación producida por microorganismos: el Streptomyces griseus, el Streptomyces olivaceus, el Bacillus megatherium y como subproducto en la fabricación de antibióticos (Este procedimiento de obtención de dicha vitamina fue patentado en 1957 en Francia después de un juicio sonado por las implicaciones que tenía el patentar un proceso que le ocurre a un organismo vivo).

Por tanto, la conclusión es que se puede obtener vitamina B12 sin necesidad de comer productos de origen animal, aunque entonces estaría producida por microorganismos (incluso en el caso de la comercial). También podemos terminar esta discusión con una frase extraída del tan citado libro de Passmore y Eastwood, Human Nutrition and Dietetics (1986):

«Cómo obtienen los vegetarianos estrictos, que no comen productos animales, la vitamina B12 permanece siendo un misterio. Puede haber trazas en microorganismos y mohos que contaminen sus alimentos.»

Es decir, en ese libro no se considera que los vegetarianos, en general, no obtengan vitamina B12, sino que no puede explicarse de dónde la obtienen. Ello no impide que la deficiencia de vitamina B12 sea más frecuente en los vegetarianos que en las personas que ingieren productos de origen animal. Pero tampoco demuestra que la dieta vegetariana sea antinatural, pues es evidente que un alto nivel de higiene en los alimentos sólo se ha alcanzado en este siglo y en unos pocos países. Lo normal era, y es en muchas partes del mundo, ingerir alimentos contaminados con microorganismos, beber aguas también contaminadas, vivir en ambientes poco higiénicos y con un aseo personal bastante escaso; todo ello contribuía a proporcionar niveles suficientes de vitamina B12.

*Extraído del libro La dieta vegetariana de Miguel Aguilar.

   
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